Tamaño y capacidad
Hay tres tamaños estándares en los lavavajillas que corresponden con una capacidad. La capacidad se mide en servicios, que equivalen a todos los utensilios que utiliza una persona para un almuerzo completo (platos, cubiertos y vasos):
Lavavajillas de 45 cm:
Estos lavavajillas han ganado terreno en los últimos años ya que son ideales para familias pequeñas o con poco espacio en la cocina. Son modelos más estrechos que tienen capacidad para 9 servicios.
Lavavajillas de 60 cm:
Son los modelos más habituales ya que se adapta a los espacios que suelen reservarse para los electrodomésticos en las cocinas. Son perfectos para familias numerosas o aquellas que utilizan con asiduidad el lavavajillas. Suelen tener capacidad para 12 servicios.
Lavavajillas compactos:
Estos lavavajillas son ideales para personas que viven solas o que lavan la vajilla con poca frecuencia. Se adaptan a espacios muy pequeños y cocinas sin espacio reservado para este electrodoméstico. Suelen admitir unos 6 servicios
Programas y funciones
Si queremos que nuestro gasto económico y energético sea menor, es fundamental que el lavavajillas cuenten con diferentes programas que se adapten a nuestro consumo. Por ejemplo, los programas cortos o de media carga te aseguran un menor consumo de agua y de energía con respecto al ciclo convencional. Los programas ECO o de ahorro energético consumen un 20% de energía al lavar a temperatura más baja, aunque tarden más tiempo, con lo que al final los resultados son más eficientes.
Pero si lo que queremos es una limpieza y desinfección exhaustiva, existen programas de limpieza intensiva para vajillas muy sucias o para biberones y utensilios de bebé con temperaturas de hasta 70º. También hay funciones rápidas para lavar la vajilla en tiempo récord, aunque el gasto energético sea mayor.
Otra opción muy práctica es el temporizador de retraso, que te permite programar su ciclo de lavado para más tarde, en el día o en la noche.
Consejos de uso de un lavaplatos
Como ya hemos comentado, lavar tus platos en un lavavajillas es mucho más eficiente que hacerlo a mano. Pero para ello, hay que seguir algunas buenas prácticas:
- Debemos esperar a tener el lavavajillas lleno para ponerlo en marcha ya que dos lavados a media carga consumen mucha más.
- Hay una falsa creencia extendida de que es necesario aclarar los platos antes de meterlos en el lavavajillas. Sin embargo, esa práctica no deja los platos más limpios y además con ese simple gesto se gasta más agua que con un lavado completo en el lavavajillas.
- Es recomendable limpiar los filtros del lavavajillas 2 o 3 veces al mes. También es conveniente utilizar sal sobre todo en aquellas zonas donde el agua es dura para evitar la cal que deja los vasos blancos. El abrillantador también es importante si queremos evitar las marcas de agua que a veces quedan en la cristalería.